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A diferencia de la siembra con almácigo, la siembra directa asociada a la aplicación de la TRSI genera mejores beneficios para las y los agricultores. Entre los principales hallazgos de investigación se encuentran:

 

  • Aplicar la TRSI con siembra directa acorta 5 días cada campaña, debido a que no se realiza trasplante (150 días frente a 155 días de cultivo);
  • Al evitar el almácigo y la preparación previa se ahorra, al menos entre 1000 a 1500m3/ha de agua;
  • Se demostró un menor uso de semilla por hectárea, 35 kilos frente a 110-120 kilos;
  • Se determinó que son necesarios frecuencias de 8 días de secas intercalados con 6 días con una lámina delgada de agua hasta la etapa del inicio de la fase de maduración, comúnmente conocida como “punto de algodón”. La lámina de agua durante esos 6 días es clave a fin de prevenir la desnitrificación (pérdida de Nitrógeno por volatilización); y
  • Se documentaron 2 aplicaciones menos de plaguicidas por campaña, lo que reduce en un tercio el número total de aplicaciones.
  • Esta combinación resulta ser culturalmente aceptable y económicamente viable para el agricultor, en tanto reduce los costos de producción hasta en un 30%.